La siguiente critica en profundidad del libro apareció publicada en el blog especializado "Macgregoradas", recientemente desaparecido después de muchos años al servicio de la crítica literaria libre en la red.
Para los interesados, éste es el link original:
http://cinemabronkiano.com/2010/08/04/di-sangro-senor-de-napoles/"Di Sangro: señor de Nápoles"
Tomando como eje central al mercenario Paul Cuttat, el libro narra los acontecimientos que le conducen de una simple misión recabando información sobre un “castrati” al servicio del más importante prohombre de Nápoles a verse involucrado en una serie de lances e intrigas orquestadas por un misterioso noble que parece manejar a su antojo los destinos de toda la ciudad y de sus habitantes.
El libro comienza y sostiene durante las primeras 25 páginas un ritmo sincopado –frase/ sentencia, frase/palabra, etc- que no resulta un recurso muy habitual para comenzar lo que supuestamente es un libro de aventuras o una novela histórica. Ciertamente piensa uno que es más un hándicap que otra cosa porque no se hacen nada agradables los contrapuntos que propone al autor, cuesta superar el primer tramo de lectura que pretendidamente nos sitúa al mercenario y sus opiniones e impresiones sobre la curia papal y el porqué de su obediencia a pesar del desprecio que siente por ella. Paul Cuttat se nos figura como un frío soldado que ha de cumplir las misiones encomendadas más en contra de su voluntad que otra cosa y ciertamente a lo largo de la novela y pese a los intentos de suavizar y humanizar el carácter del protagonista se presenta siempre como alguien distante con el que resulta difícil empatizar aunque estemos de acuerdo con sus opiniones. Tiene por lo tanto la novela un déficit en el conductor que resulta ser demasiado oscuro y plano, faltan matices y algún detalle que sirva de gancho para que éste nos maneje a lo largo de la narración.
Afortunadamente algunos de los personajes secundarios –y terciarios o de ambiente- logran dar más colorido a la narración y mostrar otro tipo de caracteres. Es evidente que el autor ha intentado situarnos en pleno siglo XVIII con todo lo que ello implica: miseria, violencia, suciedad, un pensamiento muy diferente al actual… y lo consigue gracias a un gran elenco de tipos que hace que casi podamos sentir el deprimente ambiente de una ciudad como Nápoles –principalmente a través de todos sus defectos- hace más de doscientos años. La labor de ambientación resulta por lo tanto excelente y ayuda a situar la historia perfectamente.
La inclusión de símbolos y demás parafernalia masónica es la tónica a lo largo del libro, Cuttat se nos hace pasar como conocedor de las logias, su funcionamiento y ritos dándole un punto de novela con misterios “ocultos” lo cual resulta casi tópico en la literatura de entretenimiento contemporánea. Se nota que el autor conoce el mundo masón y sabe conectarlo con la historia como de hecho probablemente pasaba en el siglo XVIII integrándolo de manera que resulta uno de los puntos vertebrales de la narración aunque tampoco se profundice en exceso.
Pero centrándonos en la historia, es evidente que el foco central es Di Sangro, aunque sólo se haga físicamente presente en la última parte de la novela, su sombra recorre toda la narración y no es sólo que se haga omnipresente por sus manejos en la ciudad, es que alcanza el carácter de semi-dios o de controlador absoluto de la vida y obras de sus conciudadanos –o podríamos decir súbditos-. Una figura idealizada que revela al final sus sueños de inmortalidad y de control absoluto aunque tras la expectación generada en la narración su presencia y acciones sepan a poco, se empequeñece el personaje hasta unas cotas muy humanas y miserables, probablemente esta es una de las moralejas que el autor nos intenta transmitir puesto que a pesar de que esperamos rasgos de genialidad –que los tiene- también se nos presenta como un ser fallido como muchas de sus creaciones. De todas maneras el personaje resulta interesantísimo especialmente cuando sabemos que tiene una base real. Otro de los aciertos de la novela es presentarnos parte de sus creaciones –unas reales, otras imaginarias- lo que a poco que el lector sea inquieto le hará lanzarse a la búsqueda de más información sobre el noble y probablemente se llevará una sorpresa al descubrir que muchas de las cosas mencionadas en el libro existieron y siguen existiendo de hecho aún a pesar del empeño de sus herederos por destruir la mayor parte de su legado.
Otro de los puntos fuertes del libro es la acción, especialmente la persecución que sufre Cuttat ya bien avanzado el libro y que se desarrolla de una manera trepidante y con un gran dinamismo. El autor abandona su estilo más estático y nos proporciona una buena dosis de adrenalina que verdaderamente engancha durante una buena cantidad de páginas, muy bien trazada y llevada parece sumergirnos en una clásica película de aventuras aunque bastante más sangrienta. No falta tampoco la historia de amor/erotismo, donde el personaje de Lucía destaca con fuerza y en el que parece manejar plenamente la situación, no sin sorpresa claro, como descubriremos al avanzar el libro.
Cuando ya se ha producido el encuentro –forzado- entre Cuttat y Di Sangro se relatan las motivaciones de éste último y se nos presentan una serie de pasajes oníricos y de descripción del palacio del noble un tanto pesados que vuelven a ralentizar la acción, resulta interesante la descripción de los “inventos” pero la novela se estanca durante unas cuantas páginas. Quizá donde mejor se despliega el lirismo morboso de la novela es cuando ya hacia el final el protagonista comienza a ser invadido por “fantasmas” o “demonios” como justo castigo al premio de la inmortalidad. En un despliegue narrativo de lo más interesante se nos presenta una escena “in crescendo” de apariciones, seres deformes, comportamientos inhumanos… casi como la representación de un cuadro de “El bosco” –la parte del infierno de su tríptico- que repugna pero fascina a la vez. Situándonos en la piel del protagonista ésta vez sí que logramos empatizar con él y compartir su sufrimiento, como si escucháramos a esa orquesta disfuncional de seres malditos gritar y gritar dentro de cada uno, consigue una sensación de desazón y agobio que inquieta.
El final decepciona un tanto. La búsqueda del giro narrativo sorprendente además de previsible no parece de lo más acertada presentando una situación un tanto absurda. A algunos les gustará a otros nos parece que forzar tanto las situaciones hace que se camine bordeando lo risible.
Lo mejor: el propio Di Sangro y su verdadera historia que resulta muy interesante. Los pasajes de acción y las pesadillas que están muy bien narrados.
Lo peor: el estilo cortante del comienzo y que aparece en mayor o menor medida a lo largo de toda la novela. El protagonista que resulta ser alguien ajeno al lector la mayor parte del tiempo.
MIGUEL ANEAS